EL JOVEN RIBERA
“Lo spagnoletto”, como llamaban los italianos a Ribera, consiguió fusionar la pintura italiana con la española del siglo XVII. Pero antes de ser el gran artista que fue, pasó muchos años buscando ese estilo tenebrista, con riqueza en el detalle y buenas composiciones que lo han colocado como uno de los grandes de la historia del arte.
Los primeros años de Ribera (1591-1652), han permanecido sumidos en interrogantes por la carencia de documentación sobre él y por la aparente desaparición de todas sus obras de esa época. Pero en la última década, varios expertos han conseguido identificar como suyas más de treinta pinturas sin firmar, que ayudan a reconstruir su juventud inmersa en el tenebrismo de Caravaggio, del que hubo de ser uno de sus primeros difusores.
Éstas son las obras que se exhiben en el Museo del Prado, obras de juventud y de búsqueda, que coinciden con su estancia en Roma y los primeros años en Nápoles. Posteriormente, inició una extensa y afamada producción que le mantuvo alejado de España, dónde, muy a su pesar, nunca volvió.
